viernes, noviembre 28, 2025

Medicamentos centenarios, aún vigentes en la farmacia

Desde hace más de dos siglos, algunas moléculas han dejado su huella en la medicina, sobreviviendo al paso del tiempo y permaneciendo hoy en farmacias y hospitales. Cada fármaco tiene su historia, una mezcla de curiosidad, azar y perseverancia científica, y conocerla no es solo un ejercicio académico: es entender cómo estas centenarias sustancias siguen influyendo en la atención a los pacientes y en la labor cotidiana de quienes trabajan en las farmacias del Ecuador.

A continuación, un recorrido cronológico por algunos de los medicamentos centenarios más relevantes, respetando su historia y destacando su importancia profesional.

1. Morfina (1804 – comercialización 1827), más de 221 años

La morfina nació del deseo de aislar, del opio oriental, un principio capaz de calmar los dolores más profundos. Durante siglos, el opio había inducido los llamados “sueños de opio”, mezcla de alivio y ensoñación sin control alguno. En 1804, el joven farmacéutico Friedrich Sertürner, con apenas 20 años, logró extraer la molécula pura, convirtiéndola en el primer principio activo aislado de una planta y marcando el inicio de la farmacología moderna. Desde su comercialización en 1827, la morfina ha recorrido el mundo como el analgésico más potente, un faro centenario para quienes sufren dolor intenso y un recordatorio de que algunas moléculas trascienden generaciones.

De los sueños de opio a la ciencia moderna: la morfina nació para aliviar el dolor más profundo. Desde 1804, permanece como un faro centenario en la historia de la farmacología.

2. Quinina (aislamiento en 1820), más de 205 años

Traída desde los Andes por los jesuitas, la corteza de quina fue un tesoro medicinal mucho antes de que se aislara su molécula pura en 1820. La quinina cambió la historia de la malaria y sigue salvando vidas cuando otros tratamientos fallan. Tanto era su importancia que el árbol de la quinina está incluido en el escudo nacional del Perú.

De los Andes al mundo, la quina reveló su poder mucho antes de que naciera la quinina en 1820. Un remedio que cambió la historia de la malaria y aún deja huella en la vida cotidiana.

Durante siglos, se decía que la corteza debía mezclarse con vino o agua caliente para liberar sus propiedades, un ritual que unía medicina y costumbre. Curiosamente, a principios del siglo XIX, Jacob Schweppe creó el agua tónica con quinina para prevenir la malaria; los soldados británicos la encontraban amarga y comenzaron a mezclarla con ginebra y limón. Hoy en día, la quinina se encuentra con más facilidad en muchas bebidas tónicas que en la farmacia.

Un tip práctico: la quinina también ayuda a los calambres en las piernas. Tomar agua tónica que contenga quinina puede aliviar los calambres rápidamente o incluso prevenir que aparezcan. Así, un remedio histórico contra la malaria también tiene su utilidad en la vida cotidiana.

Desde los Andes hasta las mesas del mundo, la quinina viajó como medicina y como sabor. Un legado que pasó de curar malaria a aliviar calambres y endulzar historias.

3. Ácido acetil salicilico (1899) – 126 años

Todo comenzó con la corteza del sauce, usada desde la antigüedad para aliviar dolores y bajar la fiebre. Pero fue en 1899 cuando esta tradición milenaria se transformó en ciencia: Felix Hoffmann, logró sintetizar un ácido estable derivado del salicílico que resultó sorprendentemente eficaz. Así nació la aspirina, un medicamento que pronto se ganó fama no sólo por aliviar el dolor, sino también por su sabor relativamente tolerable y, más tarde, por proteger el corazón. Curiosamente, esta molécula sencilla se convirtió en un puente entre la herbolaria ancestral y la medicina moderna, recordándonos que, a veces, siglos de historia se concentran en una pequeña tableta.

Felix Hoffmann (arriba a la izquierda) transformó un remedio ancestral en un medicamento revolucionario. La aspirina, simple y eficaz, es puente entre la herbolaria y la medicina moderna.

4. Adrenalina (epinefrina, 1901) – 124 años

En 1901, Jokichi Takamine logró aislar de las glándulas suprarrenales de animales, principalmente bovinos, una molécula capaz de despertar al cuerpo en segundos ante el peligro. Esta sustancia, conocida como adrenalina o epinefrina, regula la frecuencia cardíaca y la presión arterial y hasta hoy sigue salvando vidas en choques anafilácticos, paros cardíacos y otras emergencias. Su descubrimiento permitió estudiar farmacológicamente la respuesta del organismo al estrés, sentando las bases de la farmacología de urgencias y recordando que algunas moléculas trascienden generaciones y contextos.

En segundos, la adrenalina puede cambiar el destino de la vida humana. Desde su aislamiento en 1901, sigue demostrando que algunas moléculas trascienden generaciones.

5. Novocaína (Procaína, 1905) – 120 años

Creada por Alfred Einhorn para reemplazar la cocaína, la novocaína nació para hacer dormir el dolor. Su invención revolucionó la anestesia dental y quirúrgica, y aunque hoy la lidocaína la ha reemplazado, la novocaína sigue siendo la precursora de la anestesia local moderna, abriendo la puerta a procedimientos que antes habrían sido imposibles sin sufrimiento.

La novocaína abrió la puerta a la anestesia local moderna, cambiando la medicina para siempre. Su invención marcó el inicio de procedimientos seguros y sin dolor.

6. Fenobarbital (Luminal, 1912) – 113 años

En 1912 se presentó el primer tratamiento eficaz para la epilepsia: el fenobarbital. Más de cien años después, sigue siendo un medicamento esencial en la lista de la OMS, demostrando que algunas moléculas centenarias mantienen su relevancia clínica y su valor humano. Su descubrimiento se produjo en una época en la que la epilepsia era aún un misterio, y su eficacia convirtió la desesperación de los pacientes en esperanza tangible.

Desde 1912, el fenobarbital transformó la epilepsia de misterio a esperanza tangible. Más de un siglo después, sigue siendo esencial en la práctica clínica y en la lista de la OMS.

7. Insulina (1921) – 104 años

Antes de 1921, la diabetes tipo 1 era una sentencia de muerte. Ese año, Frederick Banting y Charles Best, trabajando en el laboratorio de John Macleod en Toronto, lograron aislar insulina a partir de páncreas de animales y comprobaron su eficacia al revertir los síntomas en perros diabéticos, la primera perra con dicha enfermedad y quien recibio las primeras dosis se llamaba Marjorie. La primera administración a un humano tuvo un efecto inmediato que sorprendió incluso a sus descubridores y abrió la puerta a un tratamiento que salvaría millones de vidas. Descubierta casi por azar, la insulina se volvió esencial para la medicina moderna y, en 1923, Banting y Macleod recibieron el Premio Nobel por este hallazgo. Hoy sigue siendo única e imprescindible: un hilo de vida que sostiene a quienes conviven con la diabetes.

Foto histórica: izquierda Best y derecha Banting; entre los dos la perrita diabética Marjorie. Se podría decir que ella, fue la primer paciente en probar la insulina.

8. Hexilresorcinol (1924/1925) – 102 años

Lo que comenzó como antiséptico urinario pronto se convirtió en protector de gargantas y bocas. Introducido entre 1924 y 1925, el hexilresorcinol sigue presente en pastillas y enjuagues locales, un centenario silencioso que combate bacterias localmente, mientras la historia se despliega alrededor. Su efecto anestésico leve fue descubierto casi por accidente, recordando que la ciencia muchas veces encuentra milagros donde menos se espera.

Introducido en 1924-25, el hexilresorcinol sigue combatiendo en la actualidad, bacterias localmente en pastillas y enjuagues. Un centenario silencioso que combina historia y ciencia en cada aplicación.

9. Toxoide tetánico (1924) – 102 años

En 1924, Gastón Ramon y P. Descombey descubrieron que la toxina del tétanos podía perder su peligrosidad y conservar su capacidad de inmunizar. Hoy, la vacuna DPT/Tdap es su descendiente y recuerda que las heridas ya no son necesariamente sentencia de muerte. La atenuación con formol y calor fue un ingenioso metodo tan sencillo como decisivo, que aún inspira la fabricación de vacunas modernas.

La toxina del tétanos se volvió inofensiva pero inmunizante gracias a un ingenioso método. Más de un siglo después, la DPT/Tdap sigue protegiendo a millones de personas.

10. Efedrina (1924–1926) – 102 años

Aunque usada en China desde hace milenios, la efedrina se redescubrió para la medicina moderna en 1924 y fue aprobada en Occidente en 1926. Sigue siendo la base de descongestionantes y broncodilatadores que alivian resfriados y asma. Su redescubrimiento permitió sistematizar dosis y formular presentaciones orales seguras, un detalle que transformó un conocimiento ancestral en ciencia moderna.

Usada en China desde milenios, la efedrina se redescubrió para la medicina moderna en 1924. Hoy es base de descongestionantes y broncodilatadores que alivian resfriados y asma.

11. Extracto de hígado (1925) – 100 años

En 1925, Minot y Murphy demostraron que el hígado podía curar la anemia perniciosa antes de que se conociera la vitamina B12. Su legado perdura en la enseñanza sobre diagnóstico, suplementación y la importancia de la ciencia aplicada a la vida diaria. Curiosamente, los primeros pacientes mejoraban con dietas de hígado crudo, un hallazgo que causó asombro y debates sobre nutrición como medicina.

Antes de conocer la vitamina B12, la dieta con hígado salvaba vidas. Minot y Murphy enseñaron que la ciencia aplicada transforma la salud cotidiana.

12. Penicilina (1928) – casi 100 años

Alexander Fleming descubrió la penicilina en 1928 y en la década de 1940 comenzó su uso masivo, salvando millones de vidas durante la Segunda Guerra Mundial y más allá. Es la madre de los antibióticos modernos y un recordatorio de que la observación atenta puede cambiar el mundo. Una curiosidad: Fleming notó que un moho había inhibido el crecimiento bacteriano en un frasco olvidado, un hallazgo accidental que transformó la medicina para siempre.

Lo que empezó como un accidente en un laboratorio se convirtió en el arma más poderosa contra infecciones. La penicilina revolucionó la medicina y marcó el nacimiento de los antibióticos.

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