Llamada tambien “gripe estomacal” es una enfermedad comun causada por varios virus (Rotavirus, Norovirus y Adenovirus) que generan cuadros diarreicos infecciosos.
La gastroenteritis viral aparece en un plazo de 12 a 48 horas después de contraer la infección y puede ser de leve a graves. Por lo general, los síntomas duran 1 a 3 días pero, en algunas ocasiones, pueden persistir hasta 10 días y es contagiosa.
Esta infección puede ser ocacionada por ingerir alimentos contaminados, falta de higiene, almacenamiento inadecuado, agua contaminada o por contagio con una persona infectada.
Síntomas
- Diarrea acuosa (sin sangre) de 3 o más deposiciones al día.
- Febrícula.
- Dolor abdominal.
- Nauseas y vomitos.
- Dolor de cabeza
- Dolores musculares.
- Falta de apetito,
- Malestar general.
Cómo combatirla
- Higiene, laverse las manos y la correcta manipulación de los alimentos es clave a la hora de prevenir la transmisión de la gastroenteritis.
- Alimentos, ingerir una dieta blanda y evitar alimentos condimentados.
- Hidratación, reponer los líquidos y sales minerales que se estan perdiendo con ayuda de rehidratantes orales. Se recomienda ingerir los líquidos en pequeñas cantidades cada 30 minutos para evitar el vómito.
- Medicamentos, existen diveros fármacos de venta libre para adultos que pueden aliviar la diarrea causada por una gastroenteritis viral.
- El descanso ayuda a recuperarse de la enfermedad y la deshidratación.
Cuándo se debe consultar con un médico si se trata de una persona adulta:
- No puede retener líquidos en el estómago por 24 horas
- Ha tenido vómitos durante más de dos días.
- Tiene vómito con sangre.
- Está deshidratado: los signos de deshidratación comprenden tener sed excesiva, tener la boca seca, orinar de color amarillo intenso, orinar poco o nada; sentir debilitamiento, mareo o aturdimiento intenso.
- Se observa sangre en las deposiciones.
- Tiene fiebre por encima de 39 °C.
Es importante considerar que al envejecer se producen cambios fisiológicos que aumentan el riesgo de deshidratación entre los mayores. Un menor consumo de líquidos, unido a una mayor pérdida de fluidos y a un menor contenido de agua corporal, puede romper el equilibrio hídrico en la tercera edad.
Cuándo se debe consultar con un médico si se trata de bebés y niños:
- Tiene fiebre de 38.9 ºC ó más.
- Parece aletargado ó muy irritable.
- Siente mucha molestia ó dolor.
- Tiene diarrea con sangre.
- Parece deshidratado. Prestar atención a los signos de deshidratación en bebés y niños enfermos al comparar la cantidad de líquido que beben y orinan con la cantidad que es normal para ellos.
Si se trata de un bebé, recordar que: aunque la regurgitación puede ser un hecho cotidiano para él, el vómito no lo es. Los bebés vomitan debido a varias razones, muchas de las cuales pueden necesitar atención médica.
Llamar al médico de inmediato si el bebé:
- Tiene vómitos que duran más de varias horas.
- No ha mojado el pañal luego de seis horas.
- Tiene heces con sangre o diarrea intensa.
- Tiene hundido el punto blando (fontanela) en la parte superior de la cabeza.
- Tiene la boca seca o llora sin lágrimas.
- Tiene sueño, está somnoliento o no responde.
Factores de riesgo
Complicaciones
La principal complicación de la gastroenteritis viral es la deshidratación, una pérdida grave de agua y sales, y minerales esenciales. Si eres sano y bebes lo suficiente como para reemplazar los líquidos que se pierden con la diarrea y los vómitos, la deshidratación no debería ser un problema.
Los lactantes, los adultos mayores y las personas con un sistema inmunitario deprimido podrían sufrir deshidratación grave si pierden más líquido del que pueden reemplazar. Puede ser necesario internar al paciente para reponer en forma intravenosa la pérdida de líquidos. La deshidratación puede ser mortal, pero rara vez ocurre.
Para prevenir las infecciones intestinales en niños:
- Vacunar a los niños contra la gastroenteritis causada por el rotavirus. La vacuna parece ser efectiva para prevenir los síntomas más graves cuando se la administra durante el primer año de vida.
- Lavarse bien las manos, y asegúrarse de que sus hijos también lo hagan. Si sus hijos son más grandes, enséñeles a que se laven las manos, especialmente después de ir al baño. Lo mejor es usar agua tibia y jabón y frotarse las manos vigorosamente durante al menos 20 segundos, recordando lavarse alrededor de las cutículas, debajo de las uñas y en los pliegues de las manos. Luego hay que enjuagar bien. Tenga a mano toallitas higienizantes y gel antibacterial para las manos para cuando no haya agua y jabón disponibles.
- Utilizar artículos personales individuales en la casa. Evitar compartir cubiertos, vasos y platos. Usar toallas individuales en el baño.
- Mantener distancia. Si es posible, evita el contacto cercano con cualquier persona que tenga el virus.
- Desinfectar las superficies duras. Si alguien en su hogar tiene gastroenteritis viral, desinfectar las superficies duras, como mostradores, perillas de las puertas, con una mezcla de 2 tazas (0.47 litros) de blanqueador y 1 galón (3.8 litros) de agua.
- Asegúrese de que las habitaciones para cambiar pañales y preparar o servir comida estén separadas. La habitación con la mesa para cambiar pañales debe tener un lavamanos, así como una forma higiénica de desechar los pañales.
Cuando un niño tiene una infección intestinal, lo más importante es:
- Reemplazar los fluidos y sales perdidos.
- Ayude a los niños a rehidratarse. Dele una solución de rehidratación oral disponible en farmacias. No le de agua sola; en los niños con gastroenteritis, el agua no se absorbe bien y no reemplazará adecuadamente los electrolitos perdidos. Evite darle al niño jugo de manzana para que se rehidrate, ya que este puede empeorar la diarrea.
- La alimentación del niño debe volver normal y lentamente. Ofrecerle gradualmente alimentos blandos fáciles de digerir, como tostadas, arroz blanco, bananas y papas.
- Evite ciertos alimentos. No le de al niño productos lácteos o alimentos azucarados, como helado, refrescos y dulces. Estos pueden empeorar la diarrea.
- Asegúrese de que el niño tenga mucho reposo. La enfermedad y la deshidratación pueden haber hecho que el niño esté débil y cansado.
- Evite darle al niño medicamentos antidiarreicos de venta libre, a menos que se lo haya recomendado el médico. Estos pueden hacer que al cuerpo del niño le sea más difícil eliminar el virus.
Si el lactante está enfermo, deje que el estómago descanse por entre 15 y 20 minutos luego de vomitar o tener un episodio de diarrea, y luego ofrécerle pequeñas cantidades de líquido. Si está amamantandose, deja que su bebé se alimente. Si el bebé toma biberón, ofrécerle una pequeña cantidad de una solución oral rehidratante o la fórmula habitual. No diluya la leche de fórmula ya preparada de el bebé.
Recomendaciones dietéticas para tratar la diarrea:
- Se recomienda fraccionar la ingesta diaria en comidas frecuentes y de poco volumen, entre 5 a 6 tomas al día según tolerancia individual, para disminuir en lo posible el estímulo sobre el movimiento intestinal (peristaltismo).
- Modificar la textura de los alimentos. Se recomienda consumir alimentos blandos o triturados ya que son más fáciles de digerir.
- La temperatura del plato debe ser ambiente o templada, evitando temperaturas extremas que estimulan el peristaltismo.
- Preferir técnicas culinarias que aporten poca grasa al alimento como: hervido, vapor o escalfado, rehogado con poco aceite, plancha, horno y papillote. Evitar técnicas grasas como: rebozado, empanado, guiso y frito, ya que la grasa irrita la mucosa digestiva.
- Reponer los líquidos tomando preferiblemente: infusiones suaves (manzanilla, hierba luisa, melisa), agua de limón, agua de arroz y zanahoria, sopas desgrasadas no concentradas etc.
- Evitar alimentos ricos en fibra: verduras, frutas, legumbres, frutos secos, frutas secas y productos integrales (muesli, pan integral, arroz,…).
- La fruta se puede consumir si está cocida o al horno sin piel, en almíbar sin el jugo o bien en forma de zumos colados y sin azúcar. Se recomienda aumentar la cantidad de alimentos con pectina ya que contienen una fibra soluble con efecto astringente (manzana rallada y oscurecida (ligeramente oxidada), pera cocida, patata hervida o en forma de puré, membrillo, albaricoque)
- Evitar la leche y probar tolerancia al yogur (se digiere mejor al estar parcialmente digerido por la bacterias o fermentos lácteos). Los quesos y la leche son de digestión prolongada por su contenido en lactosa. Entre los quesos el de elección es el tipo burgos o queso fresco.
- Limitar por ser alimentos grasos: los aceites, mantequilla, margarinas, manteca de cerdo, nata, crema de leche, salsas tipo mayonesa, bechamel, sofritos, bollería y repostería, etc.. También se debe limitar el aguacate, las aceitunas y los frutos secos.
- Consumir las carnes y aves sin piel ni grasa visible. Preferir los cortes más magros y elegir preferiblemente el pescado blanco al azul, por contener menos grasa.
- Restringir los condimentos irritativos de la mucosa intestinal como: vinagre, café, chocolate, pimienta, pimentón y guindilla
- Evitar el consumo de alcohol.
- Moderar el uso de sal y azúcar.