En Ecuador, la población de adultos mayores crece con un ritmo constante. Y con ella, también aumentan las necesidades de un cuidado especializado y más humano. Las farmacias, presentes en cada comunidad, son hoy más que un punto de atención, son espacios clave donde los mayores pueden encontrar no sólo medicamentos, sino orientación, apoyo y confianzan, en otras palabras: oídos a sus necesidades.
Con el paso de los años, enfermedades crónicas como la hipertensión, diabetes, artrosis y los trastornos del sueño, se vuelven más comunes. Por eso, el cuidado en esta etapa debe considerar no solo lo que se receta, sino lo que acompaña: productos que fortalecen, alivian y mejoran la calidad de vida.
En este contexto, los suplementos nutricionales se vuelven aliados clave en el cuidado de la salud. Nutrientes como el calcio, la vitamina D, el magnesio y el complejo B contribuyen a preservar la fuerza, mantener huesos sanos y mejorar los niveles de energía. Asimismo, otros productos pueden tener un impacto positivo en la calidad de vida de los adultos mayores, como el colágeno, la glucosamina y la condroitina para las articulaciones; probióticos y fibras solubles para la salud digestiva; y fórmulas naturales para favorecer el sueño o reducir el estrés leve. Leterago, comprometido con este segmento, ofrece una línea de productos confiables y accesibles, pensada para responder a estas necesidades específicas.
Junto a los suplementos, también son clave los artículos de apoyo diario. Tensiometros digitales de fácil uso, pastilleros organizadores, cortadores de pastillas, bastones ergonómicos, cremas para piel y productos digestivos suaves son elementos que hacen más llevadera la rutina y promueven la independencia. Tener estos productos disponibles en la farmacia permite ofrecer un servicio más completo y centrado en el paciente.
Además, la atención que se brinda es tan importante como el producto en sí. Los adultos mayores —y sus cuidadores— valoran la claridad, paciencia y buena disposición. Un consejo acertado, una explicación sencilla, o una sugerencia empática puede marcar una gran diferencia en su experiencia. Aquí es donde el rol del profesional ecuatoriano cobra fuerza como referente de confianza en la comunidad.
La presencia de marcas como las distribuidas por Leterago, con un catálogo orientado al bienestar de las personas mayores, respalda el trabajo del farmacéutico y facilita una atención de calidad, basada en soluciones reales.
Porque en la Edad Dorada, cada detalle cuenta. Y en ese cuidado diario, el trabajo silencioso de la farmacia se convierte en un verdadero soporte para la salud y el bienestar de quienes han recorrido un largo camino y aún tienen mucho por vivir.