En el día a día del entorno sanitario es normal que la rutina, el cansancio o el estrés nos hagan perder de vista lo importante. La buena noticia es que la cultura japonesa ofrece herramientas milenarias que pueden ayudarnos a reconectar con nuestro propósito, trabajar con más claridad y mantener la motivación incluso en los días más exigentes. Aquí te compartimos seis principios que pueden hacer una gran diferencia en tu bienestar y productividad.
1. Ikigai: tu motor interno
Ikigai es una palabra japonesa sin traducción exacta, pero que se entiende como “la razón por la que te levantas cada mañana”. Es el punto de encuentro entre lo que amas, lo que haces bien, lo que el mundo necesita y aquello por lo que puedes recibir una compensación.
Para quienes trabajamos en salud, redescubrir el ikigai puede significar volver a conectar con el propósito de cuidar, aliviar y mejorar vidas. Tomarte unos minutos cada día para recordarlo puede ser justo lo que necesitas para recargar energías emocionales y seguir adelante, incluso cuando el cansancio pesa.

2. Kaizen: avanzar paso a paso
Kaizen significa “mejora continua”. Se basa en una idea simple pero poderosa: lograr grandes cambios a través de pequeños ajustes diarios. En lugar de intentar cambiar todo de golpe, este enfoque invita a ir paso a paso, con constancia.
¿Un ejemplo? Revisar un proceso en tu trabajo y optimizarlo un poco, dedicar cinco minutos al día a leer sobre nuevas técnicas o buscar una forma más eficaz de atender a tus clientes. Lo importante es moverse, aunque sea de a poco.

3. Técnica Pomodoro: trabajar con foco (y descansos)
Cuando tienes mil cosas por hacer o necesitas máxima concentración, la técnica “Pomodoro” puede ser tu mejor aliada. Consiste en trabajar en bloques de 25 minutos totalmente enfocados, seguidos por 5 minutos de descanso. Después de cuatro bloques, se hace una pausa más larga.
Este método ayuda a mantener la atención sin agotarse y puede aplicarse tanto para estudiar, redactar informes, actualizar inventarios o cualquier otra tarea que requiera concentración.

4. Hara Hachi Bu: comer con equilibrio
Desde Okinawa llega esta práctica que sugiere dejar de comer cuando estamos al 80% de nuestra capacidad. ¿Y esto qué tiene que ver con el trabajo? Mucho más de lo que parece. Comer en exceso puede hacernos sentir pesados, con menos energía y con la mente más lenta.
Optar por comidas más livianas —especialmente durante turnos largos o nocturnos— ayuda a mantener la agilidad mental y el rendimiento físico durante toda la jornada.

5. Shoshin: mantener la mente abierta
A pesar de los años de experiencia, siempre hay algo nuevo por aprender. Shoshin, o “mente de principiante”, es una actitud que nos invita a mirar las situaciones con curiosidad, sin prejuicios ni supuestos.
En un sector que cambia constantemente, como el de la salud, esta mentalidad es clave. Estar dispuestos a aprender, desaprender y volver a aprender nos permite adaptarnos mejor y encontrar soluciones creativas a los desafíos de cada día.

6. Wabi-Sabi: aceptar lo imperfecto
Wabi-Sabi es una filosofía que celebra lo simple, lo natural y lo imperfecto. En lugar de perseguir una perfección imposible, propone valorar lo que ya es, con sus fallos y su belleza particular.
En el ámbito sanitario, donde los días pueden estar llenos de imprevistos y decisiones difíciles, adoptar esta mirada puede ayudar a soltar la presión del perfeccionismo y cuidar también de nuestra salud mental.
