Bautizo complicado
En el mundo de la nomenclatura farmacéutica, existe un elaborado proceso que da vida a nombres como, por ejemplo: “Paracetamol” o “Ibuprofeno” ¿Cómo se decide ponerle nombre a los medicamentos? ¿Es un grupo de científicos reunidos en una sala secreta con una pizarra llena de palabras al azar? ¿O tal vez es resultado de una encuesta entre doctores con una inclinación por los juegos de palabras? Nombrar a un medicamento no es tan sencillo como nombrar a un hijo. No sería socialmente aceptable bautizar a niños como “Dolorín” o “Mareol”. Pero una cosa es segura, lo importante, es que la investigación genere un fármaco efectivo.
En el mundo de la nomenclatura farmacéutica, existe un elaborado proceso que da vida a nombres como, por ejemplo: “Paracetamol” o “Ibuprofeno” ¿Cómo se decide ponerle nombre a los medicamentos? ¿Es un grupo de científicos reunidos en una sala secreta con una pizarra llena de palabras al azar? ¿O tal vez es resultado de una encuesta entre doctores con una inclinación por los juegos de palabras? Nombrar a un medicamento no es tan sencillo como nombrar a un hijo. No sería socialmente aceptable bautizar a niños como “Dolorín” o “Mareol”. Pero una cosa es segura, lo importante, es que la investigación genere un fármaco efectivo.
Ahora, en serio, la combinación de las letras…
En la industria farmacéutica, la elección del nombre de un medicamento es una tarea que combina la ciencia y la creatividad.
Este proceso, aparentemente sencillo, es en realidad un triple bautizo que involucra nombres sistemáticos: genéricos y nombres comerciales.
La importancia de un nombre va más allá de la mera identificación; debe ser fácil de pronunciar en varios idiomas, evitar confusiones y, en última instancia, posicionar el medicamento en el mercado.
💊 Etapa 1: Nomenclatura de las Moléculas Químicas
Antes de obtener su nombre comercial, un medicamento recibe tres tipos de nombres. El primero es la denominación química, que es una combinación de letras y números que identifica su composición, por ejemplo: C8H9NO2 es igual a Acetaminofén. Esto ayuda a los científicos y reguladores a reconocer el compuesto de manera precisa.
💊 Etapa 2: Denominación Común Internacional (DCI)
La DCI, establecida por la Organización Mundial de la Salud (OMS), juega un papel crucial en la uniformidad de los nombres de medicamentos a nivel global.
Estos nombres se basan en un sufijo que indica la actividad del compuesto, que lo hace fácil de pronunciar en múltiples idiomas y culturalmente aceptable.
Los sufijos son conjuntos de letras que se añaden al final de una palabra para modificar su significado.
Entre otros, algunos ejemplos de sufijos de medicamentos:
Prazol | Para los inhibidores de la bomba de protones. |
Afilo | Para los inhibidores de la fosfodiesterasa 5. |
Eno | Para antiinflamatorios. |
Azol | Para antifúngicos. |
Caina | Para anestésicos. |
Zepam | Para benzodiacepinas. |
Caina | Para anestésicos. |
Pino | Para bloqueadores de los canales de calcio. |
Olol | Para betabloqueadores. |
Pril | Para la inhibición de la enzima convertidora de angiotensina. |
Vastatina | Para la hipercolesterolemia. |
Vir | Para antivirales. |
Zida | Para diuréticos tiazídicos. |
Ina | Para antibióticos. |
💊 Etapa 3: Denominación Comercial
La tercera etapa es donde los laboratorios farmacéuticos dejan volar su imaginación. Aquí se crea el nombre comercial del medicamento. Este nombre debe ser único, atractivo y no exagerar las propiedades del medicamento. Además, debe evitar parecerse demasiado a otros nombres para prevenir errores médicos peligrosos.
La similitud en nombres de medicamentos puede causar confusión, y aproximadamente el 10% de los errores médicos están relacionados con esto. Por eso, la prevención de esta confusión es una prioridad.
El poder de los nombres
Los nombres de los medicamentos a menudo se eligen para evocar emociones o aspiraciones en los pacientes. Por ejemplo, algunos nombres conocidos:
- Prozac: deriva del griego protos que significa primero, y zac que deriva del nombre hebreo Itzjac que significa reír; es decir alegría y reír.
- Aspirina: debe su nombre a la planta Spiraea Ulmaria, de la que se extrae el ácido salicílico. La A inicial es por acetil, spir viene de la planta y para redondear el nombre se le añade una terminación bastante común en el caso de los medicamentos ina.
- Valium: Un tranquilizante que lleva un nombre en ese sentido, una palabra que se relaciona con equilibrium y transmite sensación de serenidad.