En la historia de la crianza, el vínculo madre-hijo ha sido tradicionalmente el centro de atención, gracias a la gestación y la lactancia. Sin embargo, cada vez más estudios y experiencias revelan que el apego entre padre e hijo es igual de esencial y puede ser profundamente transformador, incluso cuando no existe un lazo biológico.

¿Cómo nace el apego paterno?
El psicólogo Michael Lamb, pionero en estudios sobre el rol del padre en el desarrollo infantil, demostró que los bebés buscan consuelo y regulación emocional tanto en el padre como en la madre, siempre que el padre esté presente de forma consistente y sensible. El apego no es exclusivo de quien gesta, sino de quien cuida con el corazón.
Además, estudios recientes indican que los hombres que se involucran activamente en el cuidado diario experimentan cambios hormonales (por ejemplo, reducción de testosterona y aumento de oxitocina) que fortalecen el vínculo afectivo con el niño, igual que en las madres. Es decir, el cuerpo también responde al apego.

Consejos para fortalecer el vínculo padre-hijo
- Comparte momentos silenciosos: No todo tiene que ser juego o conversación. Estar presente sin necesidad de hacer o decir algo también comunica seguridad. Ver juntos una película, leer en la misma habitación o simplemente caminar en silencio puede construir una intimidad emocional muy fuerte.
- Sé vulnerable: Muchos hombres sienten que deben mostrarse siempre fuertes. Pero abrirse emocionalmente, contarle a tu hijo cómo te sientes (con lenguaje adecuado a su edad), le enseña que es válido tener emociones y lo conecta contigo como ser humano.

- Aprende con ellos, no solo para ellos: No te pongas solo en el rol del que enseña. Deja que tu hijo te enseñe también. Pregúntale sobre sus videojuegos, su música, sus ideas. Eso muestra humildad y construye respeto mutuo.
- Valida su mundo interno, incluso cuando no lo entiendes: Aunque algo te parezca insignificante, si tu hijo lo vive con intensidad, merece tu atención. Validar no es estar de acuerdo, es decir: “Entiendo que esto es importante para ti, y estoy aquí”.
- Construye rituales únicos entre ustedes: No necesitan grandes planes. Puede ser el desayuno del sábado, una frase secreta al despedirse, o bailar juntos la misma canción. Esos pequeños rituales crean recuerdos emocionales imborrables.

Padres de corazón: cifras y realidades
En EE. UU., según el Pew Research Center, el 10% de los hogares con hijos menores está conformado por padrastros. Además, estudios del National Stepfamily Resource Center estiman que 1 de cada 3 hombres desempeña algún rol de crianza con hijos que no son biológicos. Esto demuestra que la figura paterna no se define por el ADN, sino por la entrega emocional, el compromiso y el tiempo compartido. Son padres por decisión, por amor y por vocación.
El Día del Padre no es solo para quienes comparten genes, sino para quienes comparten la vida. Para los que están, escuchan, cuidan, ríen, acompañan. Ser padre es una elección diaria. Y ese apego profundo, duradero y sanador, se construye en los gestos más simples… pero también en los más valientes.
