Uno de los dos ganadores del Premio Nobel de Química, donó hasta el último centavo del premio a estudiantes de Escocia, una decisión que demuestra los valores de este científico que estudio en escuelas públicas de su natal Escocia.
El Premio Nobel de Química, fue atribuido al estadounidense David MacMillan y al alemán Benjamin List por haber desarrollado una nueva herramienta de construcción de moléculas. Este descubrimiento ha vuelto más “limpia” la química y ha mejorado significativamente la investigación farmacéutica. Junto con el reconocimiento, los galardonados recibieron un premio en dolares que ascendió a US$ 1.2 millones y que se dividió en partes iguales entre ambos investigadores.
Una cantidad de dinero nada despreciable, menos para un profesor de química en la Universidad de Princeton como MacMillan. Sin embargo, los US$ 600,000 que le tocaron a él, los terminó donando a estudiantes escoceses con escasos recursos para asistir a la universidad.
MacMillan se graduó en química en la Universidad de Glasgow-Escocia, antes de mudarse a EE.UU. para realizar estudios de posgrado. En declaraciones a Radio Escocia, el profesor de 54 años, señaló que está donando además del dinero de su premio Nobel, el que gana por las conferencias que ofrece durante todo el año tras ser galordonado.
Durante la entrevista dijo: “He donado todo el dinero del Nobel a una causa benéfica. Y también todos los honorarios de todas las charlas que estoy dando. Lo que hago es dárselo a jóvenes desfavorecidos de Escocia que intentan ingresar a la universidad”.
Para tal finalidad, MacMillan ha creado una organización benéfica, llamada “Fundación May and Billy MacMillan”, para honrar el apoyo que le dieron sus propios padres para su educación. Y es que MacMillan asistió a dos escuelas públicas y dijo que estaba “muy, muy orgulloso” de su educación de “clase trabajadora”.
Como muestra de su modestia, MacMillan durante la entrevista en la radio escocesa, también admitió que todavía le debía US$ 1.000 al profesor Benjamin List (su compañero del premio Nobel): “Al chico alemán al que le robé la idea, le debo dinero. De hecho, me llamó por teléfono por la mañana para decirme que habíamos ganado el Nobel. Pero no le creí, entonces le aposté US$ 1.000 a que no era cierto y me volví a dormir. List luego me recordó de esa deuda, pero aún no le he pagado”.
