La Navidad, que es considerada por muchos la época más maravillosa del año, envuelve al mundo en un manto de magia y alegría que va más allá de fronteras y religiones, y sus tradiciones florecen en una multiplicidad de formas, cada una transmitiendo un mensaje único de amor y regocijo. La diversidad de tradiciones navideñas en todo el mundo nos recuerda que, independientemente de nuestras diferencias, la Navidad es sinónimo de unión, alegría y festividad. Cada tradición, antigua o nueva, agrega un matiz único a la fiesta navideña, incrementando aquella magia que llenó de amor nuestros infantes y puros corazones.
1. Austria: La Aterradora Tradición de Krampus
En Austria, un demonio espantoso deambula por las calles aterrorizando a los niños y no es noche de Halloween. Es Krampus, el compañero malvado de Santa Claus. En la tradición navideña austriaca, Santa Claus premia a los niños buenos y Krampus se lleva en un saco a aquellos que no han tenido un buen comportamiento. Cada primera semana de diciembre, decenas de jóvenes salen a las calles disfrazados de Krampus para asustar a los niños con el sonar de cadenas y campanillas.
2. Japón: KFC para la Cena Navideña
Los japoneses, poco afines a la celebración navideña, tuvieron una idea que con el paso del tiempo se ha convertido en algo tradicional: cenar pollo frito del Kentucky Fried Chicken. La internacional cadena de restaurantes brinda un menú especial para la ocasión, destacando las clásicas tonalidades navideñas.
3. Jóvenes Yule: los Papás Noeles islandeses
Durante los 13 días previos a la Navidad, Islandia se llena de traviesos “jólasveinar” o Jóvenes Yule. Luciendo la indumentaria tradicional islandesa, estos coloridos personajes visitan a los niños y dejan regalos a los que se han portado bien y patatas podridas a los que han obrado mal. Sus nombres revelan su espíritu juguetón: Stekkjastaur, el acosador de ovejas, Stúfur, el chaparro, Þvörusleikir, el chupa cucharas, Pottaskefill, el rasca ollas, Askasleikir, el chupa platos, entre otros varios más.
4. Alemania celebra el Día de San Nicolás
San Nicolás, que no es Papa Noel, cada 6 de diciembre celebra su día viajando en burro por Alemania, dejando juguetes y dulces en los zapatos de los niños buenos. Pero San Nicolás no viaja solo ya que es acompañado por Knecht Ruprecht, un demonio barbudo y de negro vestir que golpea con una vara a los infantes que se han portado mal.
5. Noruega: ¿Dónde están las Escobas?
En Noruega, durante las fiestas navideñas, se lleva a cabo una distintiva tradición: esconder escobas. Este curioso rito de raíces centenarias, surge de la creencia que brujas y espíritus malévolos salen en nochebuena buscando escobas para surcar los cielos.
6. Colombia y su Día de las Velitas
La temporada navideña colombiana se inicia cuando, en homenaje a la Virgen María y a la Inmaculada Concepción, se colocan en ventanas, balcones y jardines, coloridas velas y farolillos de papel. Es el Día de las Velitas. A lo largo y ancho del país, los pobladores compiten para ver quién adorna las calles con el arreglo más sorprendente.
7. Toronto y su tradicional desfile de luces navideñas
El anual Desfile de Luces o Cavalcade of Lights marca el inicio de la temporada navideña en Toronto. Desde 1967, la plaza Nathan Phillips y el gran árbol de Navidad allí levantado, se iluminan con más de 300.000 luces LED que brillan hasta la víspera de Año Nuevo.
8. Irlanda: Dejando cerveza o whisky para Santa
En Irlanda, los más pequeños no dejan galletas y leche para Santa Claus, sino un pudin elaborado con Guinness o whisky irlandés.
9. República Checa: La Tradición de los Zapatos
En la República Checa, las mujeres solteras tienen una peculiar tradición: en Nochebuena, lanzan un zapato por encima del hombro y la forma en que aterriza predice su destino amoroso: con la punta mirando hacia la puerta, encontrarán pareja; si cae con el tacón hacia la casa, quedarán solteras.
10. Una soleada navidad australiana
En Australia, las fiestas navideñas se celebran en pleno verano. La arena reemplaza la nieve, los canguros hacen las veces de renos, y en lugar de cenar en casa muchos australianos optan por una barbacoa en la playa, disfrutando del sol y de la brisa marina.
11. Ucrania y las telas de arañas en los árboles navideños
En Ucrania, una antigua tradición navideña es decorar el árbol con telas de araña en lugar de los clásicos ornamentos. Esta costumbre proviene de una leyenda que narra cómo una pobre viuda y sus hijos, sin dinero para decorar su árbol, lo cubrieron con telas de araña. Una noche, las arañas decidieron cambiar las telas por cintas doradas y plateadas, y a partir de ese momento la viuda y sus hijos vivieron en prosperidad hasta el fin de sus días.
12. Brasil: Cuando los animales hablan
En Brasil, existe una encantadora creencia: durante la temporada navideña los animales adquieren el don del habla. Por esa razón, los niños se pasan el día tratando de entablar conversaciones con sus adoradas mascotas. Por si fuera poco, en lugar de dejar los regalos bajo el árbol, Papá Noel los coloca dentro de los zapatos.
13. Letonia: Un poema por regalo
En Letonia, se realiza una de las tradiciones navideñas más hermosas. Después de disfrutar de la tradicional cena de Nochebuena, todos los miembros de la familia se reúnen alrededor del árbol en busca de sus regalos. Sin embargo, la tarea no es tan sencilla como parece: cada persona debe recitar un poema por cada regalo que desee abrir.
14. Filipinas: El Festival de los Farolillos Gigantes
Cada año en San Fernando, conocida como la “Capital de las Navidades”, se celebra el Ligligan Parul Sampernandu o Festival de los Farolillos Gigantes. Esta festividad une a once barangays o pueblos en una tenaz competencia por construir el farolillo más sorprendente. Los farolillos, que solían ser de solo medio metro y de hapon, papel japonés usado en la papiroflexia, y una vela, evolucionaron en impresionantes farolillos de seis metros iluminados con deslumbrantes bombillas.
15. Suecia: La Cabra de Gävle, un Juego de Fuego Inusual
Desde 1966, en el corazón de Gävle, en Suecia, se erige la llamada cabra Yule de 13 metros de altura, marcando el comienzo de la temporada navideña. Con el correr de los años esta tradición tuvo un giro sorprendente que fue el tratar de prenderle fuego, y en sus 48 años de historia ardió 26 veces.